Antes de empezar con mi opinión sobre este cambio de logo/escudo, hago saber que, no soy futbolera, convivo con una cantidad significativa de atléticos y atléticas, pero no sigo este deporte. Añadir que no me disgusta el nuevo logo, pero que tampoco es la panacea.
Las 12 razones que se han difundido para defender el cambio, me han parecido un intento ñoño de dar explicaciones de alguien que desprecia un poco la opinión de los «consumidores», aficionados. Yo no sé dibujar bien y no domino los programas de diseño, pero he estudiado en clase identidad visual corporativa, por lo tanto no, no lo hubiera hecho mejor, pero me atrevo a opinar desde mi humilde punto de vista.
Respecto al primer argumento, «No es ‘porque sí’. Hay razones para cambiarlo» me ha parecido buena contestación para quien no supiera que el cambio es un requerimiento de la organización, efectivamente unos o unas diseñadoras no han ido a presentar el logo que habían hecho en su casa para reclamar unas monedas al club.
En cuanto al segundo argumento » Ya no es un escudo, es un logo», para mí es una razón para que no guste a los y las aficionadas. El fútbol es un deporte, pero muchas veces es entendido como una batalla en el campo, de ahí los sentimientos de rivalidad y conquista, que vividos de forma sana no tienen que llevar a actos violentos ni nada por el estilo. Los jugadores se ven, dentro de la comparación, como guerreros que luchan para conseguir victorias y la gente observa la batalla ayudando desde sus asientos con mensajes y cánticos. Esto es, para la afición tiene sentido que sea un escudo y no un logo, ellos y ellas no entienden a su equipo como una gran corporación, saben que lo es, pero no la disfrutan así.
Por lo demás, es cierto que es importante que la marca se adapte a los tiempos y sea pueda optimizar su uso en las distintas aplicaciones de la empresa (documentos, contratos, apps, merchandising…), pero hay que saber mantener la esencia y no caer en modas.
En el tercer argumento «Había que optimizar su legibilidad» se explica el aumento de tamaño del oso y el madroño, en este sentido estoy conforme, es la integración del madroño en la barra de arriba la que me ha parecido un poco excesiva, tengo la misma sensación que cuando lees un párrafo con muy poco interlineado, es mi opinión personal y es quizá lo que no me convence del cambio.
«Había que potenciar su impacto», en este cuarto argumento, estoy totalmente de acuerdo en que la reducción de colores era una necesidad, el verde era muy poco necesario para lo que se quiere transmitir y respecto a otros requerimientos formales, buenos aciertos, como la reducción del espacio blanco.
Pero el color amarillo era importante. La camiseta de segunda equipación que fue amarilla es una de las que más me ha gustado, pero esto es particular de mi gusto personal. Sin embargo creo que este color le daba una personalidad más original a la gama cromática porque el trío de colores rojo, blanco y azul está presente en tantas y tantas cosas, son colores que combinan muy bien y no en todos son los mismos rojos y los mismos azules, pero este trío se ve demasiado y si no echemos un vistazo a distintas marcas famosas y banderas de países.
El amarillo era un diferenciador potente y estético, ¿tenía que resaltar en el logo? No, acepto que es un color secundario, pero que da mucho juego.
«El oso no tiene por qué mirar a la izquierda», en esto estoy de acuerdo, si bien en la estatua del oso y el madroño al mirarse se ha entendido de forma general que lado correcto es hacia la izquierda, no se ha asignado uno de manera oficial y en la comunicación del escudo no tenía ningún valor significativo, que sepamos.
«Tenía que llegar a audiencias más globales». Como requerimiento me parece apropiado y respetable, supongo que como madrileña me cuesta reconocer que no todo el mundo sabe lo que es. A veces se olvida o no se piensa que lo que para una es evidente no lo tiene por qué ser para el resto.
«Hubo otros logos en el pasado, que también cambiaron», esta séptima razón es un poco el argumento de cantidad o generalización. Es verdad que se ha cambiado varias veces el escudo en el pasado, pero creo que cualquiera es capaz de apreciar el predominio del rombo con el triángulo interior a la izquierda.
«Tenemos sentimientos por la marca, no por el escudo». En este sentido, decir que cuando el ser humano otorga sentimientos hacia objetos o símbolos, no hay una norma que diga «a esto sí y a esto no». Si se eliminara el color rojo del mundo, pues los clubes rojiblancos tendrían un pequeño problema, los mensajes y las etiquetas cambiarían con lo que puede que los sentimientos sí se transformaran.
«El diseño no es un ejercicio democrático». Este, sin duda, me parece el peor argumento de todos, es un «aquí mandan mis ****» en toda regla. La mayoría de las veces, no es un ejercicio que denote democracia, pero ¿por qué? En branding se nos llena la boca de «lovemarks» y «prosumers», hay que escuchar a los clientes, tienen que sentirse partícipes, bla, bla, bla… ¿dónde están esos mandamientos ahora? ¿Acaso el o la consumidora no contribuye a la marca? ¿No es el Atleti gran parte de lo que es gracias a su afición? Pues un poquito más de democracia.
Nuevamente ese lugar común de dudosa veracidad «si tuviéramos que consultar para cada cosa sería difícil de gestionar». Obviamente no hay que consultar cada propuesta o decisión, hay que repartir las competencias, pero quizá si se organizaran los medios adecuados, no sería ni lento ni costoso consultar ciertas cuestiones.
También considero que si en la presentación del nuevo logo hubiera venido acompañada con algunos de los principales motivos por los que se cambiaba la imagen y las ventajas del diseño, quizá la gente hubiera respondido mejor. Hay que saber anticiparse y comunicar mejor a tu público.
«En unos meses, nadie se acordará de esto», esto es muy probable y hay gente que se habrá quejado por inercia.
En la penúltima razón estoy bastante de acuerdo «su hija de 10 años no lo hace mejor». Es posible que haya alguna niña con talento y práctica que pudiera sorprendernos, pero suponemos que no es una generalidad. Las personas que juzgan sin saber de diseño e infravaloran el trabajo profesional desde luego no pueden estar más equivocadas y vacías de argumentos racionales.
En la última argumentación «No es solo un cambio de logo» añadir que porque a la gente no le guste el cambio de escudo, no significa que haya que tumbar todo el proyecto. Según se ha explicado forma parte de ese desarrollo de sistema visual coherente y cohesionado.
Se termina con una llamada a la organización para que no se echen para atrás, llamada que me parece una imploración en defensa del sueldo de alguien que se ha sentido muy atacado por un montón de personas más razonables o menos dando su opinión en las redes sociales. Hay que contextualizar las críticas, de quién y cómo vienen.
En resumen, para mí los errores han sido:
La fusión del árbol con la parte de arriba, la eliminación del amarillo, no contar con la opinión de la afición para un cambio tan importante, tratar al Atleti como una empresa cualquiera y sobre todo, las ñoñas 12 razones que, subestiman la opinión de la afición mientras hacen un poco la pelota a la organización.
jaja tienes rason xDDD