miércoles, 24 de abril de 2024

Rodrigo Amírola: «La política es algo que está atravesado por las pasiones, tanto por el odio y el amor, como por el deseo.»

Rodrigo Amírola (Madrid, 1990) estudió filosofía en la Universidad Complutense. En pleno auge de las movilizaciones contra Bolonia, comienza una politización cotidiana a través del movimiento estudiantil. Amírola lleva colaborando con Podemos desde sus inicios y participó en la elaboración del programa de las elecciones europeas. Fue miembro activo del círculo de Barcelona mientras cursaba un postgrado. Posteriormente vuelve a Madrid para comenzar a trabajar en la Secretaría Política junto con Iñigo Errejón. Ahora presenta su candidatura al próximo Consejo Ciudadano Estatal de Podemos integrándose en la lista del proyecto ‘’Recuperar la ilusión’’.

¿Qué principales líneas definen la propuesta de Recuperar la Ilusión? ¿En qué se diferencia del resto?  

Podemos sigue teniendo un proyecto común y compartido, a pesar de que haya diferentes vertientes dentro de él. A nivel organizativo, creo que tenemos muchas afinidades con los compañeros de podemos en movimiento. Básicamente hay dos grandes modelos en juego. De hecho, creo que Vistalegre 2 podría definirse como una encrucijada organizativa, ya que se trata de decidir si queremos continuar con el modelo de Vistalegre 1, y con esa cultura interna del todo o nada. Mientras el modelo de podemos para todas es continuista y aún demasiado centralizado, hay otro que apuesta por la descentralización, por darle la vuelta a la pirámide. Nosotros queremos una organización más plural y democrática. Creemos que eso pasa por dejar de ser un partido de secretarios generales y empezar a ser un partido que de más peso a los territorios, a los círculos y a los inscritos. Hace falta empoderarles más para que su capacidad política no sólo se reduzca a emitir un voto. Hay que dar un golpe encima de la mesa y cambiar las cosas para tener una cultura orgánica distinta.

En cuanto a las líneas políticas que nos podrían diferenciar, nosotros creemos que el planteamiento fundamental no debe basarse en si hay que poner mas énfasis en la calle o las instituciones, sino en buscar las mejores formas para combinar ambas esferas. En ese sentido, pensamos que es importante seguir impugnando a los partidos del régimen y las políticas que han venido aplicando hasta ahora, pero recordando que uno de los capitales políticos que tiene podemos son los ayuntamientos del cambio y nuestra representación institucional. Debemos trabajar para seducir a toda esa gente que nos mira con simpatía pero todavía no confía en nosotros, para que pueda imaginarnos gobernando algún día. Esa nos parece que es una de las tareas fundamentales en la nueva fase, y creo que marca una diferencia con respecto a las otras dos propuestas.

Planteas diferencias estratégicas más enfocadas al procedimiento interno que a la presentación de propuestas ideológicas concretas. Monereo decía hace unas semanas que se estaba perdiendo el debate de ideas. ¿Está Podemos más preocupado por su debate metodológico que por los problemas de la gente?

Me parece evidente que este proceso interno de podemos no está siendo ejemplar, de hecho se ha desviado mucho la atención del debate político y es difícilmente comprensible para mucha gente que nos ha votado y que no termina de entender las diferencias. De todos modos, creo que algunos sí hemos intentado poner siempre encima de la mesa no sólo diferencias organizativas sino propuestas políticas claras.

Considero que Manolo Monereo apunta mal a las causas, porque si podemos se ha encerrado en un debate metodológico es en buena medida por la cultura orgánica que tenemos desde Vistalegre 1, pero también debido a la decisión de someter a una consulta de todo o nada las reglas mínimas para concurrir a vistalegre 2. Eso nos obligó a tener una etapa previa en la que sólo se hablaba de metodologías y reglas. Desde mi punto de vista fue un error.

Rodrigo Amirola

Uno de los principales debates es la relación que podemos debe establecer con su entorno, y concretamente con IU. Errejón señala que Podemos debe sacudirse los complejos de la izquierda tradicional. ¿El proyecto de recuperar la ilusión pone en entredicho la confluencia?

Cuando nosotros señalamos que podemos tiene que ser una fuerza autónoma y que hay tareas específicamente moradas no estamos faltando al respeto a los compañeros de IU, ni despreciando su organización. Evidentemente creemos que hay que ir juntos en determinados espacios y quizá también en las próximas elecciones, reforzando también el resto de alianzas plurinacionales en los territorios que tienen dinámica nacional propia. Dicho esto, pienso que es negativo el hecho de no poder diferenciar a un dirigente de podemos de un dirigente de IU. Igual que consideramos que IU, por su trayectoria y su bagaje histórico, sigue siendo importante y no tiene que disolverse en podemos, defendemos que Podemos también mantenga su autonomía. En ese sentido, no podemos olvidar las ideas fundamentales que hicieron que Podemos emergiera con tanta fuerza, como la transversalidad y la idea de que no se trataba tanto de librar batallas identitarias del pasado en el presente, sino de honrar esas derrotas ganando en el presente. Todas esas ideas deben seguir siendo banderas de podemos y por eso hacemos tanto hincapié en el podemos original.

Hablas de transversalidad. ¿Cómo interpretáis este concepto?

Es un principio fundamental en Podemos desde el origen. Se trata de la capacidad de interpelar a sectores muy distintos de la sociedad española más allá de las etiquetas ideológicas, sin tratar de construir una especie de política de la identidad. Se trata de ser capaces de seducir a los que faltan sin pedirles ningún carnet ideológico. El otro día leí a Garzón decir que el identitarismo no tiene que ser identitarismo de partido, sino que debe ser una suerte de identitarismo de clase. Es un error plantear que ahora mismo haya que proyectar políticas de la identidad y sumarlas. Me parece que esa es una visión de la política elitista.

Se habla mucho de ‘’los que faltan’’. ¿Se está fomentando una cultura del ‘’todo vale’’ con tal de seducir al electorado? ¿No existe el riesgo de perder autenticidad en el discurso inicial?

Cuando hablamos de los que faltan no nos referimos, como apunta Juan Carlos Monedero, a diluir el discurso para llegar a todos. Esa sería una aventura absurda e imposible. A pesar de haber conseguido una gran cantidad de apoyos, todavía no hemos sido capaz de impulsar la configuración de un bloque histórico nuevo que permita que haya un gobierno de transformación social en nuestro país. A Podemos le falta gente mayor de 45 años, del ámbito del mundo rural y le faltan mujeres. Existen determinados sectores sociales que nos pueden permitir configurar un nuevo bloque histórico pero aún no confían en nosotros, y por ello hay que darles seguridades y certezas de que vamos a estar a la altura para colmar sus aspiraciones. A mí me gusta mucho cómo lo explica Pablo Bustinduy, cuando habla de que esto no tiene que ver únicamente con una cuestión electoral en España, sino que tiene que ver con una cuestión europea que trasciende el resultado electoral y es un asunto de fondo político.

Yo considero que en la seducción de votantes tiene mucho que ver la forma. Quizá recuperar la ilusión sea moderado en la forma de interpelar a determinados sectores. Por eso hablamos de amabilidad, o construir una organización mas democrática e  inclusiva.

Rodrigo Amirola

¿En esa amabilidad del discurso puede encajar la idea de politizar el dolor y expresar la rabia?

Sin duda. La política es algo que está atravesado por las pasiones, tanto por el odio y el amor, como por el deseo. Lo que nosotros planteamos es que no sólo se trata de politizar el dolor. No sólo se trata de interpelar a los sectores más golpeados por la crisis, sino que también se trata de politizar el deseo. Uno no puede vivir eternamente de desesperanza, es más provechoso construir un proyecto de futuro en el que la gente se vea referenciada y quiera vivir.

Planteas un equilibrio que no debería generar división. ¿Entonces porqué se contrapone la candidatura de Recuperar la Ilusión, asociada a un modelo reformista y moderado, frente a otro modelo radical y rupturista?

Es una percepción bastante extendida aunque es bastante sorprendente al mismo tiempo. Creo que la división entre moderados y radicales es un relato que en buena medida lleva construido desde hace meses y tiene un padre fundamental llamado Juan Carlos Monedero. No existen dos almas diferenciadas, no tiene mucho sentido hablar de reformismo en Podemos. Históricamente los partidos democráticos se definían en función el programa, había uno a la izquierda y otro a la derecha. En ese esquema tenía sentido los términos rupturismo y reformismo, pero hoy ya no. De hecho no existen tales diferencias estratégicas en Podemos. Cualquier persona que lea los documentos que se plantean para la asamblea ciudadana podrá ver que en lo que respecta a cuestiones fundamentales como qué hacer con los sectores estratégicos, o cual es el papel que debe tener el estado en economía hay un consenso muy fuerte. Realmente creo que esta división se debe fundamentalmente a una intención de buscar fortalezas y debilidades del otro en un debate interno.

A la vez que defendéis un debate fraternal y ensalzáis la riqueza de la diversidad de ideas, pedís unidad y evitar caer en la formación de familias o la división entre corrientes. ¿Cómo se puede gestionar esta dicotomía?

Todo proyecto democrático de transformación de una sociedad tan compleja como es la española actualmente tiene que asumir que va a tener diferencias en su interior. Es absurdo plantear que tengamos un partido en el cual no se produzca un debate de ideas y haya planteamientos diferentes. De hecho creo que como ese es un hecho de partido irreductible, de lo que se trata y lo que nos enseña lo mejor de la tradición democrática es el intento de hacer que esas diferencias se expresen de manera productiva, y que seamos capaces de articular esas diferencias para construir proyectos de transformación que sean mas inclusivos. En ese sentido, me parece que es un error confundir la unidad con la uniformidad o plantear un único escenario que obligue a excluir al otro para construir tu proyecto. El debate puede ser tenso y pasional, pero las cosas siempre se deciden democráticamente.

Otro debate que está encima de la mesa es la relación de Podemos con el PSOE. La formación morada depende del PSOE mucho más de lo que le gustaría, como en los ayuntamientos del cambio donde gobiernan juntos. ¿Es Podemos el hijo pequeño del PSOE?

No, nunca lo fue y nunca se planteó que lo fuera. De hecho Podemos nace impugnando la lógica del bipartidismo y afirmando que hay que marcarles la agenda a los viejos partidos. Creo que con este tema hay confusiones y se ha vuelto un arma arrojadiza que se utiliza en el proceso interno. Teresa Rodríguez planteaba que lo que había que hacer con el PSOE era confrontar sus políticas continuistas de carácter neoliberal con las nuestras, mientras tendíamos la mano a las personas que aún se referencian entorno a ese partido por cuestiones emocionales o generacionales. A mí me parece que es un buen comienzo. Me parece más productiva una relación que trate de arrastrar al PSOE a posiciones de cambio que a una oposición frontal en la que únicamente consigue reforzar sus filas y atrincherarse respecto a nuestras propuestas e ideas.

Rodrigo Amirola

¿Hacia donde pretende llevar a Podemos la propuesta de ‘’Recuperar la Ilusión’’? ¿Han cambiado en algo los objetivos?

Creo que Podemos nació con una vocación clara que era ganar. Había una disputa sobre qué significaba ganar, si las elecciones o una hegemonía social. Nosotros siempre hemos planteado que ganar las elecciones era un medio para lograr la transformación de nuestra sociedad. Creo que en ese sentido el objetivo sigue siendo el mismo. Algunos creemos que la ventana de oportunidades sigue abierta, que la crisis de régimen no se ha cerrado. Esto nos parece evidente, aunque haya gobierno sigue existiendo una crisis de régimen. Podemos tiene que ir allanando el camino hasta que se convoquen las próximas elecciones. Para eso los ayuntamientos del cambio son fundamentales, y revalidar en las principales ciudades de nuestro país sería un gran paso para afrontar el reto de 2020.

¿Qué se espera el día después de Vistalegre?

Creo que después de Vistalegre 2 hay que estar a la altura. Al margen de los resultados que salgan del proceso de nuestra asamblea ciudadana, debe haber más inteligencia y voluntad por tejer las diferentes propuestas. Es muy importante que el proyecto de transformación salga fortalecido. No sólo se trata de un deseo, sino que es una obligación de todas y todos los que participamos en podemos.

Fotos de Davit Ruiz

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Acerca de Lucía Tolosa

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23 años. Estudiante de Máster en Periodismo de investigación (UCM). Escribir para vivir, o al revés.

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