viernes, 19 de abril de 2024

Las lecciones rupturistas de Atocha

“A los trabajadores, esta democracia se nos queda pequeña, se nos queda estrecha” M. Camacho

Se cumplen cuarenta años del asesinato a manos de pistoleros fascistas de los héroes de Atocha. Los cito a continuación porque es conveniente recordar sus nombres: Luis Javier Benavides, Enrique Valdelvira, Javier Sauquillo, Serafín Holgado y Ángel Rodríguez; y sus compañeros malheridos, que salvaron milagrosamente la vida: Alejandro Ruiz-Huerta, Luis Ramos, Dolores González y Miguel Sarabia.

Todos eran militantes del PCE y formaban parte, bajo al mandato del partido, de las Comisiones Obreras. Fueron asesinados por un régimen caduco que, a la desesperada, trataba de poner freno a la incipiente ruptura del franquismo.

Hoy, desde miles de medios de comunicación de masas, tratan de vendernos el relato de una democracia fruto del dialogo y de la concordia, olvidando las manifestaciones, las huelgas y la lucha clandestina de millones de hombres y mujeres que dieron todo, incluso la vida, por alumbrar una sociedad mejor. Un mundo nuevo donde los derechos humanos, la igualdad material, la participación en política y la importancia de lo colectivo fueran la forma de entender la sociedad nueva.

Pero no podemos engañarnos, esta democracia es pequeña, estrecha, con muchos límites y fruto de un pacto de partidos durante la transición. Continúa  con miles de líneas rojas impuestas por las élites dominantes (jefatura del estado, unidad de España, estado confesional…) y no ha sido capaz de garantizar los derechos sociales y políticos. Amnesia, olvido, equidistancia entre dictadores y demócratas, entre torturadores y martirizados, entre la élite franquista acaudalada y los miserables que valían menos que la bala que los mataba.

Y no se trata de hacer un ejercicio de revisionismo histórico, se llegó hasta donde buenamente se pudo, pero toda constitución debe ser hija de su tiempo y época y, tras 38 años no es posible reformar la maceta, hay que cambiar el tiesto, impulsar un nuevo texto constituyente que rompa de una forma definitiva con la herencia franquista y que dote a la mayoría social de las herramientas básicas para garantizar los derechos esenciales que en la constitución del 78 se han quedado en papel mojado.

Los héroes de Atocha, eran militantes comunistas, en sus corazones llevaban el anhelo de una sociedad nueva, de un mundo mejor y más justo para la clase trabajadora. Querían romper con el sistema y con las contradicciones existentes entre explotadores y explotados, entre opresores y oprimidos, por eso formaron los despachos laboralistas, por eso formaban parte de las Comisiones Obreras y por eso unos asesinos pusieron fin a sus vidas.

El mejor homenaje que podemos brindarles es hacer nuestro su compromiso con sus valores, continuar su obra de progreso y de transformación social, impulsar espacios de cuestionamiento del modelo económico imperante, situar al Sindicato a la vanguardia de la lucha por la mejora de las condiciones de vida, fomentar las alianzas entre las fuerzas de progreso. Los abogados de Atocha son el ejemplo de la sociedad que no se resigna, que se organiza y lucha por revertir sus condiciones materiales.

Daniel Gismero
Barrendero de Madrid, Secretario de Movimiento Obrero del PCM, militante de CCOO

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