martes, 19 de marzo de 2024

El Celtic de Glasgow y la República Española. En recuerdo de Frank Ryan y la columna Connolly

Considerado uno de los equipos de fútbol más antiguos del mundo, el Celtic de Glasgow es sin lugar a dudas el club más importante de Escocia y el único del país con una Copa de Europa en su palmarés, la conseguida en 1967, que fue también la primera en ser ganada por un equipo británico. Pero más allá de los hechos futbolísticos, la historia del Celtic y de su incondicional y animosa afición depara abundantes sorpresas para todo aquel que desconozca su trayectoria.

El Celtic es fundado el 6 de Noviembre de 1887 en la iglesia católica de Santa María en Glasgow por Andrew Kerins, un marista irlandés que buscaba recaudar fondos para llevar a cabo obras benéficas en apoyo a la comunidad irlandesa residente en la ciudad. Estos emigrantes habían ido llegando a Escocia desde mediados de siglo huyendo del hambre y la imposibilidad de conseguir una vida digna en una Irlanda sometida a la brutal ocupación del colonialismo inglés y sus terratenientes que controlaban por completo la propiedad agrícola base de la vida económica del país. Muchos, aunque no todos, de los actuales aficionados del Celtic descienden de aquellos irlandeses, la mayoría de ellos muy pobres, que pronto convertirían al nuevo club en su representante y por extensión en el de las clases sociales más desfavorecidas. De ese origen viene la unión que con la causa del republicanismo, la lucha de los pueblos oprimidos y el antifascismo y las ideas de izquierda han tenido históricamente sus hinchas. También de ahí surge su eterna rivalidad (conocida como Old Firm) con el otro gran club de Escocia y de Glasgow, los Rangers, que desde su fundación fueron el equipo al que se adhirieron los lealistas británicos y los sectores más conservadores de la ciudad.

Ese posicionamiento de la afición céltica queda plasmada en el empleo de banderas, símbolos, cantos y eslóganes de apoyo al nacionalismo irlandés, pero también en los últimos años es visible en su defensa de los refugiados o en sus campañas periódicas de apoyo a Palestina, como cuando en 2012 mostraron banderas palestinas en un partido de  Champions League contra el Barcelona al conocerse que el equipo catalán había invitado al soldado israelí Gilad Shalit (ex prisionero de Hamas) a un partido contra el Real Madrid en su estadio del Camp Nou. Pero es quizás todavía más llamativo que una de las canciones que acostumbran a entonar los hinchas del Celtic haga referencia a la XV Brigada Internacional y los voluntarios irlandeses que vinieron a España a combatir en defensa de la República durante la Guerra Civil.

La columna Connolly.

En respuesta a la celebración en la Alemania Nazi de los Juegos Olímpicos de Berlín en 1936, el gobierno del Frente Popular decide boicotear los mismos y organizar en Barcelona unos juegos alternativos, la denominada Olimpiada Popular, que debía haber comenzado el 19 de Julio y que tuvo que ser suspendida ante el golpe de estado fascista acaecido el día anterior. En medio de todos estos acontecimientos se encuentra Peadar O’Donnell, un socialista y republicano irlandés que tras ver como las milicias populares van a defender la causa de la revolución social y la lucha contra los fascistas decide impulsar la formación de un grupo de voluntarios irlandeses que vengan a luchar a España en apoyo de la República.

La situación que vive Irlanda en esa época es a su vez complicada, el país viene de soportar su propia guerra civil en la que los sectores conservadores favorables al tratado con el Reino Unido, que concede al país una independencia limitada y mantener seis de los nueve condados del Ulster bajo control británico, se impone al Ejercito Republicano Irlandés (IRA) contrario a dicho acuerdo y que como consecuencia de esa derrota será ilegalizado en 1936. Serán esos sectores apoyados por la iglesia católica los que, a su vez, también pretenden enviar un grupo de voluntarios a España, pero en este caso en apoyo del bando nacional y con una ideología marcadamente católica y anticomunista. De esta forma se crearía la «Brigada O´Duffy», llamada así por su líder y reclutador Eoin O´Duffy conocido dirigente de los grupos irlandeses más próximos al fascismo, que conseguirá movilizar a unos 700 efectivos, que ya en España apenas jugarían ningún papel y volverían completamente fracasados y en la mayor de las indiferencias a territorio irlandés en 1937.

A la lucha antifascista y la defensa de la República y de los trabajadores españoles, se unía ahora la necesidad de contrarrestar la ayuda que la Brigada O´Duffy pretendía dar a Franco y recuperar en cierta manera el honor irlandés manchado por sus hombres. Con estos precedentes se inició el reclutamiento del primer contingente que vendría a combatir a territorio español, labor que sería impulsada por el Partido Comunista Irlandés pero donde también participarían otras organizaciones, entre ellas fundamentalmente el IRA si bien una orden final de su dirección prohibiendo el alistamiento a sus militantes limitaría el número de los mismos que se embarcarían rumbo a España. El grupo quedaría finalmente configurado por 80 voluntarios que partirían el 11 de Diciembre de 1936, siendo liderados por Frank Ryan un antiguo oficial del IRA que escribiría en The Worker, organo del Parido Comunista, que su objetivo era “solidarizarse con los trabajadores y campesinos españoles en su batalla por la libertad y contra el fascismo”.

Para identificarse adoptaron el nombre de “columna Connolly en recuerdo del gran líder socialista irlandés ejecutado por los británicos en 1916 tras fracasar la insurrección de Pascua de la que había sido unos de los dirigentes principales. Sus convicciones y fidelidad al republicanismo y al nacionalismo irlandés les llevó a rechazar integrarse al Batallón Británico, donde en teoría les hubiera correspondido, optando por hacerlo en la XV Brigada Internacional (norteamericana) conocida también como Brigada Abraham Lincoln, donde también se incorporarían otros grupos de irlandeses nacidos en Estados Unidos. Participaron en numerosas batallas como Jarama, Brunete o el frente del Ebro, alcanzando en todas ellas gran protagonismo pero sufriendo también abundantes bajas. Aunque las cifras varían, entre 60 y 70 de los milicianos irlandeses que combatieron con la República caerían en combate. Su jefe Frank Ryan fue herido de gravedad en Marzo de 1937 teniendo que regresar a Irlanda, pero ya recuperado volvería a España y sería hecho prisionero en Calaceite en 1938. Entregado a los alemanes en 1940 moriría de pleuresía en 1944 en un campo de concentración nazi situado cerca de la localidad de Dresde.

Viva la XV Brigada.

En 1983 la gesta de este grupo de irlandeses que quiso apoyar al pueblo español en su lucha por la justicia y la libertad sería recogida por Christy Moore, un cantautor irlandés muy comprometido socialmente, en una canción llamada “Viva la XV Brigada”, aunque una confusión inicial por parte del autor entre Quince (XV) y Quinta (V) hizo que la canción en realidad se llamase originalmente “Viva la V Brigada”. En este tema se hace referencia a varios de los combatientes irlandeses que encontraron la muerte en la Guerra Civil, incluyendo al propio Frank Ryan, aunque quizás el más conocido de ellos sea el poeta Charlie Donnolly, llamado también el poeta de la revolución, cuya última frase pronunciada antes de morir en la batalla del Jarama, “Hasta los olivos estaban sangrando”, figura como una de las estrofas de la canción. En el sitio donde murió, en el municipio de Rivas Vaciamadrid, un pequeño monumento con estas mismas palabras le rinde hoy en día homenaje.

La composición de Moore sería posteriormente recogida por los aficionados del Celtic que desde entonces la entonan como uno de los cánticos habituales en sus partidos, recordando así no solo a los componentes de la columna Conolly sino también los ideales que los llevaron a luchar y morir a España. De esta manera mantienen viva la memoria de Frank Ryan y sus hombres incluyendo a Robert Doyle el último superviviente de la columna que fallecería en 2009 a la edad de 92 años en Londres.

Viva la Quince Brigada

Diez años antes de que viera la luz de la mañana
llegó una camaradería de héroes.
De cada esquina del mundo llegó navegando
la décimoquinta brigada internacional.
Vinieron para respaldar al pueblo español.
Para intentar detener la creciente marea fascista.
Los aliados de Franco eran poderosos y ricos,
los hombres de Frank Ryan vinieron del otro lado.
Hasta los olivos estaban sangrando
cuando la batalla de Madrid tronó.
La verdad y el amor contra las fuerzas del mal,
la fraternidad contra el clan fascista.
¡Viva la Quinta Brigada!
“No pasarán” el compromiso que les hizo luchar.
“Adelante” era el grito alrededor de la ladera.
Recordémosles a todos esta noche.
Bob Hillard era pastor de la Iglesia de Irlanda;
desde Killarney vino a través de los Pirineos.
De Derry vino un joven y valiente Hermano Cristiano.
Lucharon y murieron juntos en España.
Tommy Woods, de diecisiete años, murió en Córdoba.
Con Na Fianna él aprendió a sostener su arma.
Desde Dublín a Villa del Río
donde luchó y murió bajo el sol de España.
Muchos irlandeses oyeron la llamada de Franco,
junto a Hitler y Mussolini también.
La propaganda del púlpito y de los periódicos
ayudó a O’Duffy a alistar a su banda.
La palabra vino de Maynooth: ‘apoye a fascistas’.
Los hombres del paño fallaron otra vez
cuando los obispos bendijeron a los ‘camisas azules’ en Dun Laoghaire
mientras navegaban bajo la esvástica hacia España.
Esta canción es un tributo para Frank Ryan.
Kit Conway y Dinny Coady también.
Peter Daly, Charlie Regan y Hugh Bonar.
Aunque murieron muchos, sólo puedo nombrar a algunos.
Danny Doyle, Blaser-Brown y Charlie Donnelly.
Liam Tumilson y Jim Straney de Falls.
Jack Nally, Tommy Patton y Frank Conroy,
Jim Foley, Tony Fox y Dick O’Neill.

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Acerca de Santiago Freire

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Responsable del Frente Ideológico de la Agrupación de Puente de Vallekas del PCM - PCE

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